El amor del corazón de Cristo nos invita a tener un corazón abierto al mundo y las necesidades de nuestros hermanos un amor capaz de cuidar y cobijar aquel que está herido y agobiado. Es por eso que celebramos el amor incondicional que nos tiene Jesús y que lo demuestra a través de su Sagrado Corazón, un corazón que palpita y que arde de amor por cada uno de nosotros.