El grupo compartió tres días con las familias del pueblo: visitaron las casas y organizaron una nueva feria de ropa gracias a la generosidad de todos los que colaboraron con sus donaciones.
Además, celebraron con los jóvenes en una juntada, trabajaron con las mujeres y tuvieron dos encuentros de Catequesis, con los niños que se preparan para la Primera Comunión y con sus mamás. “Fue un tiempo especial para escucharnos en el camino, acompañarnos, divertirnos, reflexionar, conectarnos con las alegrías y las dificultades de nuestra comunidad… Una oportunidad para renovar nuestras fuerzas y seguir soñando cómo caminar juntos, siguiendo las huellas de Madre Elmina.
¡Damos gracias por nuestra querida casa abierta!” (Equipo de Voluntariado)